martes, 26 de octubre de 2010

floral


(Foto obtenida por Sebastian Seguin)
Encontre en la esquina del farol redondo
las flores que esperabas devorar...
entre la sincronía de la palabra
tus besos fueron vaciados a la constante

y he aquí los petalos brotando de tu boca
cayendo en lluvia, un panal de pistilos alambrados
encontré entre la angustia, el iluminismo de tus ojos enrabiados
y la muerte suscitó en el sofoco de tus flores
y tus manos se volvieron tenues
y la savia se volvió espesa
y el color se convirtió en horizonte
y yo aquí devorada
y yo aquí deshojada

con los pies enterrados
la piel enlodada
y la entrepierna atrapando el polen
un rosal inquieto quiere aprisionar los pechos
con las espinas aprieta la carne
para no dejar escapar la grieta
y la vida se me va en petalos
y los pechos se trituran
y tú, encabritado

sábado, 9 de octubre de 2010

el olvido

En concreto, simplemente hoy el mundo se olvida de mí
acaba de sonar la clavícula y en las vertebras
se enmarca un beso escalante...

- Claro, pero recuerda que hoy no viene el organillero
- Sí lo sé, es por eso que hoy traje la flauta de suspiros

En la oscuridad de las viscitudes comprendí que el malestar estaba dentro de una arteria, es por eso que me dediqué a rasgar la piel para extraer mi pesar. Cada noche sentada en la alcoba la piel profundizada en llanto, implorando no ser desgarrada de aquella semilla que tenía incrustada en las ramificaciones de la sangre. Persistí en escindir aquella pesadilla hecha nódulo de aquella arteria, pero en cuanto pude extraerlo la vida se me fue en sollozos y desperté atada mirando un cielo blanco.

-Quisiera encontrar aquella metáfora que mi mente olvidó en aquella cena
- Pero la metáfora aun recuerda!
- La aniquilé cuando me rasgué el brazo
- Parece que te cuesta comprenderlo...

Me puse un collar celeste para combinarlo con aquel vestido, hice la promesa de usar aquella prenda en el día en que las durmientes fueran pasado. En el silencio de las sabanas dormí una siesta de 500 años, cumplí con el mayor deseo que habia gestado mi conciencia. Dormí tantos años que se me pasó el cansancio, y con ello se me fue la vida.
No logro conectar el silencio con la calma, siempre el silencio quien me ha causado tanto ruido que por culpa de eso, ahora me fallan los oídos. Tengo un grave problema en el tímpano, pero el Doctor no cree que no es una dolencia que haya suscitado de un sonido fuerte, es el silencio quien me perforó los timpanos. Nadie lo entiende, salvo yo... es por eso que he decidido volver a dormir. El riesgo de encontrarme con la realidad es algo que me provoca un estado de temor constante. Es hoy cuando el mundo vuelve a olvidarme...